Ocurrió durante un paseo. Un vecino del distrito de Barajas, en el este de la capital, descubrió el cuerpo de un bebé entre unos contenedores a la altura del número 21 de la calle de Acuario, y alertó a la Policía. Corría el mes de mayo. En junio, un operario de la planta de Valdemingómez encontró a otro bebé muerto, aún con el cordón umbilical. En julio, un tercero apareció en una bolsa de basura en un portal de Carabanchel. Y en diciembre un bebé muerto fue hallado en la planta de reciclaje del municipio madrileño de Loeches. “Para prevenir casos de filicidio o abandono de un neonato”, la Comunidad de Madrid tiene un protocolo que reformó recientemente. Por esta vía se han dado en adopción a 217 recién nacidos desde 2014, según información oficial enviada a la Asamblea a la que accedió EL PAÍS. Una estadística a la que la oposición intenta poner cara y ojos, para entender cuánto tienen que ver en ella la desigualdad, el hambre, el frío y la pobreza.
