
Hay una corriente de pensamiento muy crítica con los adolescentes y jóvenes actuales: que si se han criado entre algodones, que si solo piensan en ellos, que si ni estudian ni trabajan, que si no se implican en nada, que si se frustran enseguida, que si son apáticos y conformistas… Por todo ello se les ha bautizado como la generación de cristal. Pero Fernando Alberca (Córdoba, 58 años), pedagogo y profesor del Máster en Neuropedagogía en la Universidad de Córdoba, rechaza el concepto: “Es una generación de hierro, fuerte, pero le falta capacidad para empezar una cosa, persistir y acabarla. Pero es porque no se les ha acostumbrado a eso. Tienen el músculo perfecto, pero no está ejercitado”. En todo caso, según sostiene, “el problema no es de ellos, sino de las generaciones anteriores, que somos los que les hemos educado y no hemos sabido hacerles ver lo bonito que puede ser esforzarse, más allá del resultado final”.