Hay flores tan populares que incluso dan nombre a un color, y no se sabe si fue primero la planta o la tonalidad. Esta dualidad se encuentra en la lila (Syringa vulgaris) o el azafrán (Crocus sativus), y una rosa rosa (Rosa cv.) resume a la perfección esta polisemia botánica y colorida. La malva (Malva sylvestris) también es parte de este juego. Su nombre parece provenir de tiempos antiguos, de Roma, cuando el mismísimo Plinio el Viejo alabó a esta planta, asegurando que “cualquier persona que tomara una cucharada de malva se salvaría ese día de todas las enfermedades que pudieran surgirle en su camino”.
