El Consejo de Ministros aprobó el pasado martes un proyecto de ley para reducir, o idealmente evitar, el acceso de los menores al consumo de bebidas alcohólicas; y también propone medidas que llegarían a toda la ciudadanía. Algunos de sus aciertos incluyen el control y veto publicitario, tanto de los licores desalcoholizados como de supuestos efectos positivos del alcohol –con grandes multas en caso de incumplimiento, toda una novedad–, la unificación nacional de una normativa antes dispersa o la prohibición total del consumo en menores de 18 años (con una propuesta educativa asociada, aunque de momento sin presupuesto destinado).

